Caprichosa inspiración

Porque cuando tu quieres, ella no aparece. Porque cuando menos te lo esperas, ella está ahí. Porque cuando no debe, se asoma en tu mente. Porque cuanto más la buscas, más se esconde.

Eso es lo que pasa siempre que la buscamos, que no la encontramos. Me siento a escribir porque quiero publicar algo en el blog, y tachin, el interruptor se pone en modo off. Y sin embargo, cuando menos te lo esperas, o mejor dicho cuando no puedes ni apuntar lo que te viene a la mente, empiezan a surgir las palabras una detrás de otra.

Supongo que es algo que le pasa a todo el mundo, es normal que las cosas más bonitas se te ocurran cuando estás tranquilo, y en mi caso suele pasar así.

Normalmente, cuando estoy recién acostada, me surgen ideas, ideas que me gustan para el blog, pero claro, no tengo donde apuntar ni ganas de salir de la cama (que gandulilla que soy), y creo que a la mañana me acordaré de lo que estoy pensando mientras se cierran mis párpados. Pero llega la mañana, y lo más normal es que ni me acuerde de qué había pensado la noche anterior, pero si da la casualidad de que me acuerdo de algo, intento buscar las palabras, y cual es la sorpresa cuando no consigo unir una con otra para que suenen bien.

¡Qué se le va a hacer! Así es la vida, y así es el cerebro humano, con sus caprichos y sus inquietudes.